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viernes, 26 de febrero de 2016

RISOTTO MILANESA O AL AZAFRAN

Hace ya unos cuantos años fui con Rafa a un curso de cocina en el que nos enseñaban varias recetas de cocina buenas para prevenir migrañas. Después de las explicaciones de cómo se hacía cada cosa, cada pareja hacía una de las recetas, y nosotros fuimos rápidamente, en plan me escabullo, que no se note que corremos pero vamos a llegar los primeros a la mesa del risotto...

Todavía no estaban tan de moda los risottos, así que para nosotros era "lo más"...

Después he ido aprendiendo, leyendo y también improvisando, y humildemente creo que se puede decir que se han convertido en una receta que domino... 

Una de las cosas que aprendí a posteriori fue que el risotto que nos enseñaron aquel día y que era bueno para mis migrañas tiene un nombre oficial: RISOTTO ALLA MILANESA.



Así que os voy a contar como lo hice, además de contaros un poquito de las propiedades del azafrán...

El Azafrán (Crocus sativus) es una planta que procede de oriente Próximo, aunque actualmente se cultiva en España y toda la cuenca mediterránea hasta la India. Florece entre septiembre y octubre.

Su nombre procede del término árabe "za'fán", que hace referencia al color amarillo, ya que de este color quedaban no sólo las comidas condimentadas con azafrán, sino también los tejidos teñidos con él... ¡A que no os lo esperabais!

Es la especia más cara, debido a que para obtener 1 kg. de azafrán seco hacen falta recolectar unas 150.000 flores. Un inciso... No sé si habéis tenido ocasión, pero ver los campos con la flor del azafrán recolectada, que van dejando a los bordes de los caminos, es una preciosidad...

Antiguamente, además de utilizarse para condimentar y teñir, se utilizaba como planta medicinal para enfermedades cutáneas y oculares, e incluso para combatir la peste y como método anticonceptivo...

Hoy en día, las propiedades reconocidas de esta especia son variadas: actúa como tranquilizante suave; mejora la circulación (por eso nos propusieron el risotto con azafrán para la migraña) y fortalece el corazón; regula la menstruación y tiene efecto afrodisíaco.

Ojo, que también tiene sus riesgos: una sobredosis tiene efecto narcótico, y a partir de 10 gr. es letal.

En cocina, se utiliza para sopas, mariscos, salsas y hasta platos dulces, y por supuesto, para arroces.

Es interesantísimo todo lo que he leído sobre el azafrán, leyendas incluidas, pero no me puedo pasar aquí tres días, así que, con la recomendación de que sigáis indagando en las curiosidades de esta especia, voy ya con la receta para el #reto especialízate6

Para hacer este risotto para 4 personas necesitaremos:
- 1 y 1/2 caldo de pollo
- 1 cebolla mediana
- 60 gr
- mantequilla
- 350 gr. arroz (tipo bomba)
- 100 ml. vino blanco D.O. Montilla-Moriles (u otro blanco seco)
- 2 pellizcos pequeños de hebras de azafrán
- 50 gr. queso parmesano en lascas

Como veréis no utilizamos sal, porque el parmesano es un queso bastante salado.

Una de las características del risotto es que se le va añadiendo el líquido poco a poco, conforme lo vaya pidiendo. Así que ponemos a calentar el caldo, para que cuando se incorpore al arroz no corte la cocción por estar demasiado frío.

Por otro lado, picamos la cebolla. En una sartén o cazuela derretimos la mitad de la mantequilla y cuando empiece a formar espuma, añadimos la cebolla y la rehogamos.



Cuando empiece a dorar, añadimos el arroz.

Hay que mantenerlo unos dos o tres minutos rehogándolo, hasta que quede como transparente.



Añadimos el vino y removemos.

A estas alturas ya estará el caldo caliente, así que en medio vaso de caldo ponemos el azafrán en remojo.

En cuanto el vino se consuma, vamos añadiendo caldo caliente, sin dejar de remover, cucharón a cucharón, esperando a que se absorba cada vez antes de añadir más caldo.

En unos 20 minutos aproximadamente ya tendremos nuestro risotto al punto. Apartamos del fuego y añadimos el resto de la mantequilla y las lascas de parmesano. Removemos un poco.


Removemos también el caldo con las hebras de azafrán, que tomará un color amarillo, vertemos sobre el arroz, y mezclamos todo con un tenedor.



A mi me gusta dejarlo reposar, tapado, unos cinco minutos como mucho. No sé si conocéis el dicho "Arroz: mal guisado y bien reposado". Pues éso....

Servimos y disfrutamos nuestro Risotto a la Milanesa, hecho con una especia con mucha historia y leyenda.


Animáos, porque además, es muy suave y bastante ligero...


Y para saber más y ver otras recetas con azafrán...


¡Besitos!

viernes, 19 de febrero de 2016

QUINOA CON VERDURAS Y CURRY

Esta vez he preparado una receta con unos ingredientes exóticos, aunque cada día son más habituales en nuestra cocina: QUINOA CON VERDURAS Y CURRY


No sé si conocéis la QUINOA. A mi me la recomendaron hace unos cuantos años, así que de vez en cuando la utilizo en sustitución de arroz, principalmente en ensaladas.

La quinoa es una semilla originaria de la Cordillera de los Andes, que se puede utilizar como cereal (de hecho se utiliza muchísimo como cereal), por lo que es estupenda para los celíacos, ya que no contiene gluten. Tiene un bajo índice glucémico, por lo que se aconseja para diabéticos y regímenes de adelgazamiento, y además ayuda a controlar el nivel de colesterol en sangre (tiene, por ejemplo, omega 3 y omega 6).

Su uso es bien sencillo: se enjuaga un poco bajo el grifo y a continuación, se hierve como si fuera arroz.

Os cuento también que el curry no es una especia en sí, sino una mezcla de especias procedente de India y Sri Lanka. Normalmente lleva cúrcuma (que es la que le da el color amarillo), jengibre, cilantro, pimienta negra, comino y granos de mostaza. Ésta sería, por así decirlo, la mezcla básica, que además es suave de sabor. 

A esta mezcla básica se le pueden añadir guindillas, chiles (que darían lugar a los currys picantes), canela, nuez moscada...

Se puede decir que la mezcla depende de cada familia...

Como curiosidad, deciros que el curry en origen no lleva sal ni cardamomo, pero en las versiones europeas muchas veces se pueden encontrar.

La mezcla de especias hace que se estimulen los jugos gástricos y biliares, por lo que favorece la digestión. En los casos que lleva especias picantes, tiene efecto antiséptico

Pero vamos con la receta...

Vamos a necesitar (para 4 personas):
-  1 y 1/2 tazas de quinoa
- 1/2 cebolla mediana
- 1 diente de ajo
- 1 zanahoria más bien grande
- varias ramitas de brócoli
- 2 ó 3 cucharaditas de curry
- aceite, sal y pimienta

Colocamos la quinoa en un colador y enjuagamos un poco bajo el grifo.

Ponemos agua a hervir, con un pellizco de sal, e incorporamos la quinoa. Dejamos entre 12 y 15 minutos.

Por otro lado, picamos la cebolla y el ajo y sofreímos con aceite de oliva en una sartén. 

Cuando empiece a estar transparente la cebolla, incorporamos la zanahoria, picada en brunoise, y varias "ramitas" de brócoli


Mientras, habrá terminado de hacerse la quinoa, así que escurrimos bajo el grifo y reservamos.


Pasados unos 10 minutos (en casa gusta que la verdura quede un poco "al dente") incorporamos la quinoa.


Añadimos un poco de pimienta negra recién molida y para terminar, añadimos el curry, dos o tres cucharaditas, según el gusto de cada uno.


Removemos un poco y servimos. Si queremos que quede más especial, podemos utilizar un aro...


Levantamos con cuidado, y a comer!!


¿Os apetece? Os dejo la receta lista para imprimir.


Con este post además participo en el Reto Recetas Sanas de facilisimo.com



¡Besitos!

viernes, 20 de febrero de 2015

ESPINACAS CON GARBANZOS (Reto Recetas Sanas)

Este miércoles comenzó la Cuaresma. En estos cuarenta días la tradición y la iglesia dejan a un lado determinados alimentos en determinados días, lo que ha hecho que haya una serie de recetas de cocina muy "típicas" en estas fechas.

Por ejemplo, el bacalao, las torrijas, o las ESPINACAS CON GARBANZOS que os traigo hoy, plato con el que hemos empezado en casa estos cuarenta días.


Como curiosidad, las espinacas y los garbanzos deben estar cocidos por separado, así que se pueden utilizar garbanzos de que hayan sobrado de un cocido, o de los que vienen en tarro...

Las espinacas sí conviene que sean frescas


Los ingredientes que he utilizado han sido:
- 500 gr. espinacas frescas
- 250 gr. garbanzos cocidos
- 1 cabeza de ajos
- 2 rebanadas de pan del día anterior
- pimentón dulce
- aceite de oliva virgen extra
- vinagre de vino

Lavamos y escurrimos bien las espinacas.


Las hacemos en una olla con un poco de agua.


Mientras, en un fondo de aceite, doramos las rebanadas de pan y los ajos.


Veréis que el aceite desaparece muy rápido, ya que el pan lo absorbe corriendo, así que poned el fuego medio-bajo para que no se quemen.

Reservamos una vez estén, y en esa misma olla o cazuela, incorporamos las espinacas cocidas y escurridas.

Removemos con una cuchara de madera, para trocearlas un poco, e incorporamos los garbanzos. Si éstos son de bote, conviene enjuagarlos bien antes de utilizar.


Ahora hay que majar los ajos con el pan, una cucharadita de pimentón dulce (si es de la Vera, mejor...) y una cucharada de vinagre, hasta que se forma una pasta.


Incorporamos a la cazuela con un poco de agua caliente y mezclamos bien.

Añadimos algo más de agua caliente (o el caldo de cocción de las espinacas), para que hierva todo unos minutos y así tome el sabor del majado.


Servir con unas rebanadas de pan frito.



Se puede acompañar de huevo frito (o a la plancha, que lleva menos aceite).



Podemos servirlo sobre las espinacas para que al romper la yema se mezcle....



¿Os apetece?

¡Besitos!

Con esta receta participo en el Reto Recetas Sanas, de facilisimo.com





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